Tiene una gran importancia en la dieta mediterránea, puesto que como se ha dicho anteriormente, es una fuente de vitaminas y minerales esenciales (Principalmente fósforo, calcio, yodo, flúor, hierro y vitaminas, A, D, E y del grupo B) para nuestra dieta.
Por otro lado, aporta más proteínas que la carne roja e incluso se digiere mejor que ésta, por sus grasas polinsaturadas (mejores que las de la carne roja) y por ser menos fibrosa.
El pescado es el único alimento que contiene grasas poliinsaturadas omega-3 , que permite que la sangre no soporte una coagulación anormal que pueda producir un ataque al corazón.
Contiene pocos hidratos de carbono (menos del 1%.)
La ingesta de pescados cuya espina también se come, como es el caso de especies pequeñas o enlatadas (sardinas, anchoas…), proporciona calcio, mineral que se acumula en los esqueletos de los animales.
Junto a todos estos beneficios aportados, se debe de consumir entre 2 a 3 veces días a la semana.
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