Las legumbres son la base de la
dieta mediterránea, entre 3 y 4 raciones se recomienda que sea su consumo y en
la actualidad se consumen 1, 4 raciones
a la semana de este producto, muy por debajo de lo recomendado. La importancia de este producto
se debe a su alto contenido en carbohidratos de asimilación lenta que poseen,
es por eso que al ser un alimento que aporta tanta energía, tradicionalmente se
ha consumido antes de las labores que requerían un gran esfuerzo, sobre todo
las agrarias y ganaderas.
También influyen su alto
contenido en proteínas vegetales y su facilidad para su adquisición y
conservación, echo muy importante ya que en épocas de escasez alimentaria, es
un sustituto a las carnes y pescados sin perder el aporte proteico en su
combinación con los cereales. También es importante para la
dieta mediterránea el aporte en Vitaminas sobre todo del grupo B, y que
contengan dos oligoelementos esenciales el Omega 3 y omega 6, por lo que en
ningún caso nos aportan grasas prácticamente, y sus vitaminas son necesarias
para nuestro organismo sobre todo hierro y zinc.
Su alto contenido en fibra
también le hace figurar en la base de la pirámide alimentaria de la dieta
mediterránea ya que dada esta aportación, nos ayuda a una mejor regulación
intestinal y evitar problemas generados de su descontrol. Además las legumbres se consumos
en la mayoría de casos, como productos frescos o secos, sin procesar y
normalmente de la temporada, es decir, en el año en que se recogen en el caso
de los productos secos.
Otra de las aportaciones a la
dieta mediterránea es su carácter de consumo, sobre todo años atrás, ya que las
legumbres servían como unión familiar en la mesa, era prácticamente uno de los alimentos
más consumidos a diario, su consumo era
hasta un 50% y de 5kg semanales superior al que tenemos actualmente y consumir
este plato caliente significaba comer en casa, con la familia siendo un plato
prácticamente para la cena ya que durante las horas de luz se trabajaba en el campo
y por tanto, también se comía allí.
Una de las aportaciones a la
dieta mediterránea, es la gran variedad de legumbres que consumimos en la
cuenca mediterránea: Lentejas, Garbanzos, Judías, Alubias, Cacahuetes, Soja,
Guisantes entre otras además de la cantidad
de información al dietario común de la dieta mediterránea, hay una inmensa
cantidad de recetas en las que las legumbres son el elemento principal (
Cocido, garbanzos con berza, alubias a la marinera, ensaladas de legumbres,
Humus y paté de legumbres, etc) y como elemento secundario (Lentejas con arroz,
musaca de lentejas,).
Por último, y aunque no tenga
relación directamente con la dieta, pero si con el entorno de la dieta
mediterránea de no solo la alimentación, sino el entorno en el que se cultivan
los productos y el método, les legumbres es uno de los pocos alimentos que los
pequeños agricultores aún se siguen
recogiendo a mano en alguna de las variedades como puede ser las Alubias de
Tolosa.
También son beneficiosas para el
medio ambiente ya que consiguen un suelo fértil por lo que no hay contaminación
de fertilizantes y por tanto facilitan una agricultura sostenible
medioambientalmente, añadido al poco consumo de agua necesario para cultivar
las legumbres, hacen un ahorro de agua y de emisiones de gases de efecto
invernadero muy beneficiosos para el planeta.
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